La tecnología moderna de liners proporciona un acolchado excelente, pero el material impermeable y aislante puede hacer que se genere una acumulación de calor y de humedad.
Generalmente se considera que los liners con suspensión de vacío son la vanguardia de la tecnología de encaje. Mientras que los sistemas de vacío expulsan aire del espacio que queda entre el encaje y el liner, el liner en sí está realizado de material impermeable, lo que significa que el aire y la humedad quedan atrapadas entre la piel y el liner.
Durante el día, el sudor comenzará a acumularse, haciendo de lubricante. Con el tiempo, la prótesis comenzará a moverse en relación con el liner, causando incomodidad para el amputado y un control reducido.
El movimiento adicional del muñón puede llevar a un movimiento relativo mayor y al avance longitudinal Esto da como resultado una distancia al suelo reducida, patrones de marcha compensatorios y un mayor gasto de energía, además de crear un campo de cultivo ideal para las bacterias.
El impacto del sudor entre la piel y el liner incluye rozaduras y laceraciones cutáneas dando como resultado incomodidad del encaje, perdida de seguridad y una marcha menos simétrica.
Hay un mayor riesgo de tropiezos y caídas, además de la inconveniencia de tener que detenerse y volver a colocar el liner durante el día.